martes, 11 de marzo de 2008

EL PSICOANALISIS (Sara Picón)


Estudiar la "caja negra" de nuestro pasado. Quien acude a un psicólogo en busca de ayuda le describe sus síntomas (depresión, ansiedad, angustia, miedo...), y lo habitual es que desconozca tanto las causas de sus problemas como la manera de resolverlos. La peculiaridad del psicoanálisis es que desvela al paciente conflictos inconscientes que éste desconoce y es incapaz de descubrir por sí mismo pero que están marcando su vida. El psicoanálisis ayuda al individuo a dar con los cambios que debe aplicar en su vida para resolver los problemas que dañan su equilibrio emocional y bienestar. Pero, además de un método terapéutico, el psicoanálisis es una teoría que explica la conducta humana introduciéndose en los procesos mentales inconscientes.
Las técnicas del psicoanálisis fueron desarrolladas por el más célebre de los psiconeurólogos, Sigmund Freud.

Freud no pretendía crear una teoría psicológica completa, pero llegó a elaborar un sistema que explicaba la psicología del hombre en su totalidad. Comenzó estudiando el trastorno mental y luego se preguntó por sus causas. Acabó formulando una teoría general del dinamismo psíquico, de su evolución a través de distintos períodos de desarrollo y del impacto de la sociedad, la cultura y la religión en la personalidad, además de crear una forma de tratamiento de los trastornos mentales.

Otro aspecto a tener en cuenta en la terapia psicoanalítica es el análisis de la transferencia, entendida como la actualización de sentimientos, deseos y emociones primitivas e infantiles que el paciente tuvo hacia sus progenitores o figuras más representativas y que ahora pone en el terapeuta. Su análisis permitirá al paciente comprender a qué obedecen dichos sentimientos, deseos y emociones, y reinterpretarlos sin que ocasionen angustia.


Freud hace una formulación topográfica del psiquismo e incluye en él tres sistemas: uno consciente; otro preconsciente, cuyos contenidos pueden pasar al anterior; y otro inconsciente, cuyos contenidos no tienen acceso a la conciencia. La represión es el mecanismo que hace que los contenidos del inconsciente permanezcan ocultos.
Más tarde presenta una nueva formulación del psíquico que está formado por tres instancias: el ello, instancia inconsciente que contiene todas las pulsiones y se rige por el denominado principio de placer; el yo, que tiene contenidos en su mayoría conscientes, pero puede contener también aspectos inconscientes, se rige por el principio de realidad y actúa como intermediario entre el ello y la otra instancia del aparato psíquico; y el superyó, que representa las normas morales e ideales.


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